Situada en una estrecha parcela, en un bello entorno rural, con vistas y pendiente hacia el norte y el valle fluvial del Miño.
En dicha parcela existe una vivienda en ruínas, asentada sobre un afloramiento rocoso.
Dado el pésimo estado de conservación de la edificación existente, se opta por demoler por completo la vivienda, desmontando para su posterior aprovechamiento la piedra de los muros de mampostería .
Se proyecta una vivienda estrecha y alargada, que busca la integración en la parcela, disponiéndose en el sentido de mínima pendiente.
Las orientaciones principales son norte – sur. Hacia el norte una serie de ventanales buscan la apertura visual hacia las hermosas vistas.
Hacia el sur una serie de huecos buscan la captación solar y permiten conseguir buenas ventilaciones cruzadas, gracias a la estrechez de la crujía.
Un gran muro diagonal recorre la vivienda en toda su longitud y la estructura, separando la zona de día al oeste de la de noche, situada al este de dicho muro.
Las cubiertas, a varias aguas, como exige la normativa, se pliegan y repliegan, en un ejercicio de papiroflexia, para adaptarse a las configuraciones del entorno y dotar a la vivienda de una escala apropiada en función de los distintos puntos de vista.
La realización de una construcción sostenible y eficiente desde el punto de vista energético fue otra de las premisas básicas del proyecto.
-Se proyecta una instalación de energía geotérmica que proporciona calefacción y agua caliente.
-Los sistemas constructivos empleados se basan en muros de carga de termoarcilla, de 30cm de espesor, con un revoco de cal en pasta como acabado exterior, que dotan a la vivienda de gran inercia térmica, al tiempo que permiten su buena transpiración, como una segunda piel, evitando el efecto “impermeable”.
- Las protecciones solares móviles, de celosías de madera al sur, los espacios captadores, y el empleo de vidrios con tratamientos aislantes de baja emisividad son otras de las estrategias empleadas para minimizar el consumo energético.