Situada en un entorno contradictorio, en el medio rural pero rodeada por la proliferación de urbanizaciones y viviendas recientes de un variado “repertorio estilístico”, esta vivienda intenta mediante la sobriedad formal y material realizar un ejercicio de abstracción.
La vivienda adopta una actitud crítica hacia este bello, pero maltratado paisaje, y esta actitud se manifiesta claramente mediante el recurso del patio interior, así como de los filtros, celosías, pérgolas y porches, que matizan la relación entre el interior y el exterior.
El patio interior proporciona muy buenas prestaciones desde el punto de vista bioclimático y permite ventilar e introducir la luz en el interior de la vivienda, pero además introduce otros factores como son la presencia del agua, del jardín en el interior de la vivienda, o como es la visión enmarcada del firmamento nocturno desde distintas estancias, introduciendo así unas nuevas referencias más trascendentes en la vida cotidiana.
La manipulación de los espacios intermedios, con distintos grados de apertura y situaciones en función de las variables del entorno, enriquece la relación entre el interior y el exterior, al tiempo que aporta un mejor funcionamiento desde el puntos de vista bioclimático de la vivienda.
La realización de una construcción sostenible y eficiente desde el punto de vista energético fue otra de las premisas básicas del proyecto.
-Se realizó una instalación de energía geotérmica que proporciona calefacción y agua caliente.
-El agua de la lluvia, se recoge en el patio, que funciona como un impluvium, y se canaliza hacia un pozo, para luego regar la finca.
-Los sistemas constructivos empleados se basan en muros de carga de termoarcilla, de 30cm de espesor, con un revoco de cal en pasta como acabado exterior, que dotan a la vivienda de gran inercia térmica, al tiempo que permiten su buena transpiración, como una segunda piel, evitando el efecto “impermeable”.
- Las protecciones solares móviles, de celosías de madera al sur, los espacios captadores que actúan como invernaderos, y el empleo de vidrios con tratamientos aislantes de baja emisividad son otras de las estrategias empleadas para minimizar el consumo energético.